Yo apoyo a Dinamarca

martes, agosto 09, 2005

Yo condeno

Yo condeno, sin pruebas, naturalmente, pero condeno. Como condenados han sido los Guardias Civiles de Roquetas de Mar. Y sí, condeno a la prensa, por mentir y por condenar sin pruebas, o al menos sin todas ellas a 9 agentes que tras más de 40 minutos intentando reducir a un sospechoso tuvieron que emplearse a fondo. Os condeno por vuestro odio y por vuestra avidez de noticia donde no la hay. Os condeno por mentirosos, por oportunistas, por querer "llenar" vuestros periódicos hiriendo el papel con tinta que a mí me huele a sangre y que me hiere y me mata.
Condeno a los políticos del PP, por querer herir al Gobierno utilizando a un teniente que sólo cumplía con su deber. Por querer hundir a una persona de la que se rió un delincuente (sí, delincuente que contaba con antecedentes, yo, no los tengo y conozco a muy pocos que los tengan) durante más de 40 minutos. Os condeno por cobardes, por no decir la verdad de 190 muertos y querer sacar la mentira de uno solo. Os condeno por la vileza y por el afán de conseguir el poder a cualquier precio.
Condeno al Fiscal Jefe de Almería, por colgarse la medalla, por aparecer para la foto. Ahora, la humillación de ver que la juez no se ha visto intimidada por él, debe ser una condena, una magnífica condena para su ego y su arrogancia.
Pero sobre todo y ante todo, condeno al partido en el poder, por faltarle el coraje y el arrojo para defender a sus defensores. Si un día os encontráis solos no lloréis ni os meeis encima, debéis demostrar más valor que en esta batalla. Condeno a Alonso por su miedo, por su voy y vengo al mismo tiempo. Lo condeno y lo compadezco por no ser capaz de asumir sus responsabilidades y por huir como un conejo cuando la prensa y la oposición protestan. Condeno a Bono, por su afán de protagonismo sin importarle ni nada ni nadie. Arderás en el infierno en el que crees, seguro, y contigo algún obispo oportunista, seguro, seguro. Condeno al señor Arruche, por correr más que los demás en la dirección contraria, por ser Director General de su casa y poco más. El que abandona a sus compañeros en el campo de batalla no merece mandar más allá de su comunidad de vecinos.
Os condeno y os odio a todos, os deseo la peor de las suertes y que os pudráis en el peor de los avernos. Así, mi más profundo desprecio para todos, por su cobardía, por su miedo y por su utilización de unas personas que sólo cumplían con su deber. Y mi apoyo más sincero para el teniente, para su familia, para los guardias, para todos ellos por cumplir con su deber mucho más allá de lo que el sentido común impone. ¡Mi teniente, siempre a sus órdenes!