¡¡¡¡PERJURA!!!!

Metebocas, tuercebotas, picapleitos de medio pelo y embustera. Eso te lo digo yo que sin ser víctima del terrorismo tengo más legitimidad moral que tú. No necesito que me maten a nadie para saber lo que se sufre cuando se muere alguien querido, no necesito perder a un hijo para conocer el dolor que tú, mentirosa, no tienes. Has mentido y eso te deslegitima hasta la muerte. El que hace un cesto hace un ciento si tiene mimbres y tiempo. Has graduado a las víctimas del terrorismo por afinidad familiar y tú, precisamente tú, has intentado que esa graduación te favorezca.

Puedo perder un brazo y ser un auténtico desgraciado si jugaba al tenis con ese brazo y puedo perder los ojos, los pies y las manos y ser un hombre afortunado porque me dedico a la oratoria. Es evidente que tú, precisamente tú, has perdido los pies, los ojos y las manos, pero no por eso eres más víctima que quien haya perdido a un hermano.

Pero lo que te deslegitima, lo que realmente te convierte en esa víbora en la que te has convertido en los últimos tiempos, es tu perjurio. Eres perjura porque juras que no pronunciaste lo que las grabaciones dicen que pronunciaste. Mata al mensajero, mátalo, pero déjanos vivir ya en paz de una vez por todas y deja que las víctimas, las reales, las que no se refugian en tu pena continua y constante para alabar al PRISOE, puedan seguir diciendo lo que dicen en paz. Y sobre todo, con la conciencia tranquila de no mentir como tú. ¡Falsa!