Yo apoyo a Dinamarca

miércoles, octubre 13, 2004

Del talante del talento y otros instintos

Este post está dedicado única y exclusivamente a nuestro querido ministro de exteriores "mesieur Desatinos". Si la inutilidad se premiara en nuestro gobierno el elenco de mensajes que tendríamos que colgar diariamente alcanzaría el infinito. Si absurdo es lo de Calvo, de ignorancia será lo de Trujillo y qué decir de nuestra de la Vogue eso ya roza la imbecilidad. Abren la boca y el pan sube una "jartá".
Pero si mala es la estupidez la mala leche no sé cómo se premiará. Siempre pensé que Rub-al-Khaba era el malo-malísimo pero hoy he descubierto que no, que el que tiene la leche más agriada y amarga es mi amigo Desatinos. Un ministro de exteriores ha de ser el diplomático de los diplomáticos, principalmente en tiempos de paz y, como hasta el día de la fecha, no creo que hayamos declarado la guerra a los USA no sé a qué vienen las declaraciones de semejante imbécil sobre el embajador de tan odiado y envidiado país. Ahora resulta que es una falta de educación que el embajador americano no vaya a nuestro descafeinado día de la Hispanidad en el que por respeto a los nacionalismos no se tocó el himno nacional. Sin embargo no es ninguna falta de educación que el señor Zapatero no se levantara el año pasado al paso de la bandera de Estados Unidos. Veamos, señor Desatinos y compañía, que no se enteran o no se quieren enterar, que lo que hizo Zapatitos el año pasado no es una falta de respeto, es un insulto a todo un país, si cualquiera no hubiera saludado la bandera de nuestros tercios en el XVI probablemente le hubieran cortado sus atributos y lo hubiéramos colgado para dejarlo secar. Tal vez eso debieran haber hecho los USA el año pasado y nos habríamos ahorrado 191 muertos y algún disgusto más.