Yo apoyo a Dinamarca

martes, enero 24, 2006

Me desapunten


El último bastión del rojerío que conocía, al tiempo que el avión descendía y se posaba sobre el oscuro aeropuerto de Bucarest se lamentaba de la extrema pobreza generada por el comunismo. Las calles y las carreteras de Rumanía se convertían en un duro trago sobre el autobús. Los socavones nos hacían botar como si de una cama elástica se tratara. Lenin por los suelos, y entre rejas, rodeado de basura. Pobreza y tristeza. Una casa ante nosotros que parece una casa de cualquier barrio pobre en España nos muestra a su entrada una bandera, ¡es la embajada de Irak! Los Dacia, muestra del progreso rumano, son copias del Renault 12 en el que mi tío nos paseaba allá por los setenta. Pobreza, tristeza... ¿comunismo? Me desapunten.