Yo apoyo a Dinamarca

viernes, septiembre 03, 2004

Yo confieso

Hoy, cual pecador purgante, he de confesar la más onda de mis debilidades. Sé que me costará el repudio de amigos y familiares; la deshonra de por vida mía y de mi familia; la pérdida de prebendas, pruritos y subvenciones; tal vez hasta mis hijas me retiren la palabra; seguro que habré de ir preparando las maletas para mi exilio (aunque visto lo visto); tal vez mi señora sienta asco cada noche que se introduzca en la cama conmigo. Pero la pena me ahoga, me atenaza el alma y me destroza el espíritu. Hoy me liberaré de esta amarga condena que desde pequeño me consume y ahora, ya de adulto, me corroe.
Me excuso por lo que a continuación publicaré, ya se sabe excusatio non petita... Me acuso y al tiempo me libero, desparramo mi sinceridad a los cuatro vientos y grito a la lluvia que corre por mis mejillas confundiéndose con mis lágrimas que rompen mis cadenas.
Lo siento y lo lamento, he de decirlo. Ya sé que es ir contranatura que mi cuerpo se retuerza con otro cuerpo femenino. Amada mía, lo siento. Siento que a estas alturas descubras que siento placer al estar a tu lado y me arrepiento por ello. Pero así nací, ¡Qué desdicha! Lamento no haber nacido Almodóvar, Mendiluce, Gurruchaga o Amenábar, siento ser así de anormal. Siento no poder salir del armario como tantos y tantos prohombres de nuestra cultura y anhelo, con temor, que me sigais queriendo como soy, un depravado que no siente ardientes deseos de besar a los hombres que se sientan a su lado.

Lo confieso, SOY HETEROSEXUAL.