Yo apoyo a Dinamarca

jueves, septiembre 02, 2004

Exijo mi exilio

Señores y señoras del gobierno, señores y señoras diputados y diputadas, señor Presidente, con la benia. Observo que la progresía de este país intentó el exilio durante la época, infausta época, del PP. Gila, que en gloria esté, quiso y no pudo. Almodóvar estuvo a un tris, pero finalmente, por la recia vigilancia a la que estaba sometido por la policía aznarista no lo consiguió. Se entrenó para no dormir de noche y así lograrlo, pero el día que lo iba a intentar eran las elecciones y le tocó una mesa electoral y luego, claro, ya se sabe, ganó el Prisoe y para qué huir. Pero por aquella intentona le van a pagar unas subvenciones del diez para sus películas que son de lo mejor del cine español.
Pero ahora viene Rosa Regàs y dice que ella estuvo a nada de conseguirlo. Pero la limitación existente en materia de desplazamientos hacia otros países le hizo desistir de la idea. Intentó huir a Francia, país amigo de Sadam Hussein, luchador donde los haya por las libertades de su nación y de su pueblo, pero no lo logró. Las fronteras se hallaban cerradas. Tomó un vuelo para llegar a Alemania, nación que durante todo el siglo XX trató de adueñarse políticamente de Europa sin éxito y que ahora lo logra a golpe de talón, pero en la aduana del aeropuerto fue detenida y llevada ante los tribunales que en castigo le dieron un cargo, jamás anhelado por ella, en la Casa de América, gestionada por el Ayuntamiento de Madrid, fascista institución donde las haya. Allí fue obligada a trabajar para ellos por un eximio sueldo de unos 6.000 euros al mes. Fue explotado su talento, nombrada por la no menos fascista Pilar del Castillo hubo de sufrir en la citada institución hasta la liberación del 14-M. Tras aquello ha sido premiada siendo nombrada directora de la Biblioteca Nacional.
Pues bien, señor Presidente, le informo que durante la etapa anterior yo traté de huir del país, incluso en una ocasión logré llegar a Londres, pero fui repatriado 72 horas después en un vuelo a Madrid, lo fuimos mi señora y yo. Contratamos un paquete de Halcón Viajes para huir a Londres, pero sólo era para 3 días y 2 noches, así que con todo el dolor de nuestros corazones hubimos de regresar. En otra ocasión, eludiendo todo tipo de peligros y poniendo en hondo peligro nuestras vidas, dejando atrás a nuestra pequeña hija al cuidado de nuestros suegros, logramos huir a Alemania, allí conseguimos estar 10 días, recorrimos Ulm, Munich, Berlín Dresde para finalmente dar con nuestros huesos en el aeropuerto Joseph Strauss desde donde fuimos obligados a regresar al acabarse el dinero con el que contábamos. Halcón, volvía a lograrlo y por ende Aznar. Así que, señor Presidente, rogaría tuviera a bien darnos algún carguito a mi mujer y a mí. Yo me conformaría con el de la Casa de América que habrá quedado libre tras la marcha de la compañera y camarada Regàs; mi mujer, exigiendo ser más que yo, porque no exista discriminación principalmente, se conformaría con la embajada de París (ya que domina el idioma) o algún relevante cargo (siempre en paridad con el mío) en el que se exija dominio del inglés (su segundo idioma).

Señor Presidente, no olvide a los que, como su abuelo, luchamos por las libertades de todos en la busca de un mañana mejor.