¡Justicia!

Leo con desesperanza el trágico final que han tenido nuestros hijos en Osetia del Norte, sí y digo bien nuestros hijos. En Osetia del Norte el 60% de la población ha cometido el pecado de ser Ortodoxa, en Alania (como también se conoce a esta república), son por lo tanto en su mayoría cristianos. Son Occidentales y han de penar por ello. Los bárbaros radicales islámicos ya no se conforman con matar a nuestros adultos en las torres gemelas o en los trenes, ahora también quieren exterminar nuestra semilla, nuestro germen. Matan por ello a nuestros hijos y les colocan minas para que al recoger sus cadáveres también mueran sus padres.

¡Os maldigo por ello! Escupo sobre vuestros mugrientos cuerpos que se mezclan ahora inertes junto a los de los inocentes. Alá os desprecia, de ello estoy seguro y yo no os perdono. Ojalá no encontréis huríes en vuestro paraiso. Pido a vuestro Dios que os condene eternamente a que las alimañas devoren vuestros intestinos ¡Bastardos! Que mi Dios dé el descanso que se merecen a los que han muerto sin ser terroristas y a mí me perdone por odiaros como os odio.