Que se jodan

Imaginarme tu cara desencajada tras tocar tan cerca tu libertad es mi sonrisa. Hoy he sido yo el que ha cenado sidra El Gaitero (por aquello del boicot a Carod y a Zapatero) y langostinos. Lástima que no tenga cámara para enseñártelo, pero me estoy despiporrando de ti ahora mismo. Me troncho y me retuerzo de verte entre rejas. Tu cabreo es mi descojone, te lo garantizo. Mis mandíbulas se están saliendo y lloro de alegría. Luis y Daniel, la justicia os ha librado de vuestro juramento. Dejadlo vivir viendo los verdes prados en carboncillo. Que se joda en prisión, veinte años dan para mucho, veinte años no es nada en libertad (¡qué hermosa palabra!) pero a tu edad es una vida sin ella. Además, espero que en este tiempo te pase como a Capone y que una sífilis te consuma cabrón.

Pero habrán visto, queridos lectores, que hemos titulado que se jodan, ¿plural? ¿por qué? Porque Margarita Uría, diputada del PNV, se ha mostrado compungida por las nuevas causas que se abren sobre un asesino de 25 personas, santo varón el bastardo. Es verdad señora Uría, la excarcelación puede causar mucha conmoción en determinados sectores, en los de las familias de casi 1.000 asesinados por ETA, de 13.000 heridos o afectados directamente, de los 60.000 Guardias Civiles que enterraron a sus compañeros, de los 100.000 militares que lloran la muerte de los que antes fueron como ellos, de los 80.000 policías que vieron correr la sangre de los suyos, de 40.000.000 personas de bien que te odian por tus hirientes palabras. Sí, señora Uría, es un sector, un sector que representa a más del 95 por ciento de la población de este país antes llamado España. Que han soltado a Galindo, mal hecho, pero él está encarcelado por ladrón, no por asesino, sus asesinatos, aunque mal hechos, yo al menos los aplaudo, como usted lo hace con los de su favorito. Así que, jódanse, ambos.