Mi reino por una exclusiva

...y siento más tu muerte que mi vida...

No debió ocurrirle eso a Ramona. Es flacucha y feota, y tampoco tiene cántaros por pechos, Ramona, yo no te quiero. Para mí, aunque la basura de justicia que tenemos te deje libre no pasas de ser una asesina mediocre que hizo sufrir a un tetrapléjico al que le gustaba salir en la tele, hasta para morirse. Tienes hasta un nombre feo, zafio, vulgar y gordo, sí, gordo. Tu nombre me recuerda a cocineras obesas que removían habichuelas en ollas mugrientas.

Eres una malcriada en una sociedad malnacida. Una sociedad nacida del consenso barato en el que todo vale siempre y cuando sea consentido. Me haré puta, como lo consiento, no lo veréis mal, ¿verdad? Mejor, me haré asesino a sueldo de tetrapléjicos deprimidos para, en sus malos momentos pedirles permiso y si lo dan, ejecutarlos y grabarlo para, años después, venderle la exclusiva a Ana Rosa si cambia de cadena. Ramona, me das asco.